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25 de enero, 2021

La bendición de exportar alimentos

La bendición de exportar alimentos

POR MARCELO ELIZONDO

Hay diversos modos de acceder a dólares en una economía. Básicamente ellos son la recepción de inversión extranjera, el acceso a financiamiento externo, los cobros de capital o intereses por operaciones financieras generadas desde el territorio nacional, la recepción de remesas por parte de nacionales en el exterior, la recepción de utilidades de empresas nacionales que operan en el extranjero o simplemente el resultado del comercio exterior.

Argentina recibe muy poca inversión extranjera directa, tiene escasísimas empresas nacionales actuando en el extranjero que envíen al país utilidades, padece un saldo -deficitario- en el flujo de remesas; y por ende ha recibido últimamente dólares solamente por la vía del financiamiento externo (deuda) o por el comercio exterior.

Habiéndose interrumpido el acceso a finamiento desde el exterior en el sector público hace algunos meses, queda entonces para hacer esta cuenta en Argentina, en términos prácticos, sólo el comercio exterior como generador de divisas. Pues bien, es útil entonces conocer el saldo de la balanza comercial de bienes y de servicios total del país, y dentro de ella es procedente analizar en ese comercio exterior cual es el resultado (balanza de dólares) de cada sector productivo.

RESULTADOS

En el reciente 2020 las exportaciones argentinas han llegado a 55.200 millones de dólares. De ellas, 16.700 millones están integradas por productos primarios (esencialmente agropecuarios) y 23.800 millones de dólares por productos manufacturados de origen agropecuario.

De tal modo que en 2020 unos 40.000 millones de dólares en exportaciones estuvieron compuestos por exportaciones de origen agroalimenticios (con diversos grados de manufacturación), lo que supone 72% del total (una cifra porcentual nunca antes alcanzada en lo transcurrido del siglo XXI y que solo puede compararse con las que se obtenían hace unos 35 años).

En particular los mayores rubros exportadores argentinos en 2020 fueron los cereales (9.100 millones de dólares exportados), las harinas de soja (8.700 millones de dólares), las grasas y aceites (4.900 millones de dólares) y semillas oleaginosas (3.800 millones de dólares).

Pero para hacer un análisis separado del contexto especial de 2020 y como el referido año 2020 ha sido un año peculiar (pandemia y afección de la producción y el comercio internacional en todo el mundo) y considerando además que los datos totales anuales desagregados de 2020 no están corroborados oficialmente, puede hacerse una referencia para el análisis más profundo con los datos del año anterior: 2019.

En los 21 capítulos del nomenclador, hay más capítulos que arrojan déficit (12) que los que arrojan superávit (9). Pero lo estrictamente relevante es la notable diferencia que se observa entre los resultados de las balanzas sectoriales de los rubros que componen el gran conjunto de productos de origen agropecuario y el resultado del resto.

Esos grades conjuntos pueden clasificarse en productos de origen agropecuario -que a la vez pueden subdividirse en productos primarios de origen agropecuario y productos manufacturados de origen agropecuario-, productos industriales, productos minerales, metales precisos y objetos de arte.

ANALISIS

En 2019 Argentina tuvo un superávit comercial total en la balanza de bienes de 15.989 millones de dólares (diferencia entre lo exportado y lo importado). En 2020 el superávit comercial total fue de unos 13.000 millones de dólares (sujeto a confirmación en el dato exacto en los próximos días por el INDEC) y ese superávit estuvo explicado por el saldo favorable de las exportaciones agroalimenticias en la medida en que los demás rubros (industriales, energía y minerales y servicios no arrojan cifras superavitarias).

Así, si se desagrega el resultado por rubros en el referido último dato desagregado completo existente se constata que Argentina tuvo un generoso superávit en la balanza de productos de base agro (manufacturados y primarios) en le periodo antes referido, que llegó a 37.535 millones de dólares, que contrasta con el alto déficit en la balanza industrial, de -24.072 millones de dólares.

Al superávit comercial argentino se lo que puede calificar entonces de agrodependiente, porque sin el superávit de la agroindustria el resultado hubiese sido ampliamente deficitario. Mas aun, los demás sectores restan al superávit que proveen las actividades de origen agropecuaria.

Y adicionalmente también es relevante considerar que en la cuenta corriente de la balanza de pagos argentina también se incluye el déficit del sector servicios. Esto asigna al sector agroindustrial exportador una relevancia estratégica notoria en la Argentina en tiempos en los que las cuestiones cambiarias adquieren un significado económico, financiero y político.

EXPORTACION

La Argentina es un país agroexportador. Alrededor del 60% (algo más de 40.000 millones de dólares del total de 65.115 millones) de las exportaciones del país provienen de actividades agropecuarias, con mayor o menor manufacturación según el caso.

Y dentro de esa mayoría agroexportadora, el complejo con mayores exportaciones es el sojero. Este, junto al maicero, la carne vacuna, el trigo, el de la cebada y el de la uva son los únicos que exportan por más de mil millones de dólares a año.
Luego hay otros que exportan cifras menores pero tienen relevancia en las economías regionales y están compuestos por productores pymes que involucran esfuerzo, gestión y competitividad.

Hay un conjunto de grandes exportadores (que logran más de 1.000 millones anuales), hay luego otro de medianos (entre 500 y 1.000 millones, que incluye al girasol, el maní, los lácteos, el forestal, y el limón); despues otro que incluye a los sectores de exportación media-baja (menos de 500 millones y más de 200 millones anuales, entre ellos los avícolas, los porotos, las peras y manzanas, el tabacalero y la papa); y finalmente están los que exportan menos de 200 millones al año, que podemos calificar como los pequeños exportadores (arroz, frutícola, manzanas, cítricos, azúcar, miel, olivas, ajo, el rubro equino, te, yerba mate, y el resto de hortalizas y garbanzos).

PROYECCION

La Argentina puede y debe exportar más. Es uno de los diez países con menor participación de las exportaciones (considerando todos los rubros) en su producto bruto en el mundo. Pero para exportar más el sector por el cual se puede incrementar las ventas es claramente el que ya es el más competitivo y exitoso: la agroproducción.

Argentina es ya hoy un relevante actor en el comercio internacional de agroalimentos. Efectivamente el sector agroalimenticio es el mayor exportador en Argentina (genera casi dos tercios del total de bienes exportados desde nuestro país) y es el único que obtiene superávits comerciales intra-sectoriales generosos, lo que muestra su capacidad internacional.

Mientras las exportaciones argentinas en todo concepto y en todos los rubros sumados explican sólo 0,3% del total mundial, las agroexportaciones argentinas específicamente generan algo más de 2% del total de este sector en particular en todo el mundo.

Se trata de una competitividad exhibida en este sector productivo que es 6 veces mayor que la competitividad total de las exportaciones argentinas sumados todos los sectores (el análisis se efectuó en base a datos comparados de INDEC y la OMC).

Así, como punto de partida para más exportaciones, debe decirse que el complejo agroexportador argentino es el más competitivo de nuestra economía. Algo más del 60% del total de bienes exportados por nuestro país (total que supone unos 65.000 millones de dólares en 2019) responde a este sector.

La Argentina ya es exitosa en exportaciones de origen agropecuario. Pueden nombrarse 30 sectores exportadores de origen agroproductivo que crecerán en su performance sobre lo que exportan hoy. En ellos se destacan 7 complejos: el sector sojero (en el primer semestre de 2020 exportó 7.626 y creció aun en medio de la pandemia mundial un 28% en relación la mismo periodo del año anterior).

El maicero (3.322 millones exportados en el primer semestre de 2020, creciendo un 12%), el triguero (1.850 millones exportados en el primer semestre de 2020 habiendo crecido 6,8%), el de carnes y cueros (exportó en el primer semestre 1.606 millones de dólares), el pesquero (exportó 844 millones en el primer semestre), el de maní (465 millones en el primer semestre) y el de la cebada (424 millones en el primer semestre).

Pero hay un segundo conjunto de 14 rubros que pueden crecer más porque ya producen con calidad (y exportan) pero con mejores condiciones podrían generar más valor y mas volumen: son los de uva (423 exportados millones en el primer semestre de 2020), lácteos (404 millones), girasol (377 millones), forestal (291 millones), limón (262 millones), peras y manzanas (253 millones), avícola (179 millones), ajo (141 millones), porotos (119 millones), miel (97 millones), arroz (80 millones), papa (78 millones), otras hortícolas (68 millones) y tabaco (68 millones).

Y para completar hay mucho potencial en otros nueve rubros que aun exportan montos no tan altos pero que pueden crecer en buena forma: son ellos otras frutas (64 millones), azúcar (50 millones), productos olivícolas (46 millones), garbanzos (46 millones), té (39 millones), yerba mate (37 millones), equinos (31 millones), otros cítricos (25 millones) y arándanos (14 millones).

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